jueves, 24 de diciembre de 2009

La torre del elefante

"The tower of the elephant"
Escrita por R. E. Howard (texto original y traducido)

Colección Fantasy de Martínez Roca, número 42.
"Conan" Serie Conan 1. Relato 2.

Extensión: 25 páginas.
Ubicación: Ciudad de Arenjun, Zamora.
Momento: 16 años de Conan.


También aparece en:
comic Conan el bárbaro número / original inglés.
comic La espada salvaje Ed. coleccionistas 11. / original inglés.
comic Dark Horse.




En una taberna del peligroso barrio de El Maul en Arenjun, un secuestrador de mujeres kothiano se jacta de su último encargo nombrando "el Corazón del Elefante", una joya que se rumorea está en la Torre del Elefante, donde mora el sacerdote Yara.
Conan, interesado en robar la joya, interroga al hombre de Koth, que se burla de él y la conversación acaba en una pelea en la que muere el secuestrador.
El cimmerio, en su huida deambula por la ciudad hasta llegar a la torre de Yara. Desoyendo todas las habladurías que rodean al sacerdote decide entrar a robar la joya. Dentro de la muralla se encuentra con Taurus de Nemedia, el cual tiene las mismas intenciones, uniéndose para completar la aventura. Escalan la torre tras eludir a los leones que guardan el jardín gracias al polvo de loto negro que porta Taurus. Una vez en la cima el Nemedio muere picado por una araña gigante a la que Conan mata tras un agónico combate.
En el interior de la torre el cimmerio se encuentra con Yag-Kosha, que le cuenta su historia y le pide ayuda para liberarlo. Por compasión Conan accede, mata a Yag-Kosha y lleva su corazón ante Yara, donde se consuma la venganzal. Tras esto a Conan apenas le da tiempo a escapar de la torre antes de que esta se derrumbe.

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Al seguir la colección, este es el primer relato donde se ve a un mundo hiborio completo y complejo. Conan compara los sistemas de creencias civilizados con su sencilla religión donde:

"Sus dioses eran simples y comprensibles; Crom era su jefe y vivía en una gran montaña, desde donde sentenciaba el destino la muerte de los hombres. Era inútil invocar a Crom, porque era un dios tenebroso y salvaje que odiaba a los débiles. Pero insuflaba valor a los hombres en el momento de nacer, así como la voluntad y el poder de matar a los enemigos, lo que, para la mentalidad del cimmerio, era lo único que cabía esperar de un dios".

Pero también el plano terrenal gana en profundidad. Las distintas culturas y desconocidas maravillas que pueblan el mundo hiborio forman ya parte de la vida cotidiana del cimerio:

"(...) Conan vio la Torre del Elefante. Se preguntó asombrado por qué le habrían dado ese nombre. Nadie parecía saberlo. Nunca había visto un elefante, pero tenía la vaga noción de que se trataba de un animal monstruoso, con una cola delante y otra detrás. Eso, al menos, es lo que le había dicho un shemita errante, que le juró que había visto miles de animales como ésos en la tierra de los hirkanios; pero era bien sabido lo mentirosos que son los hombres de Shem. De todos modos, no había elefantes en Zamora".

Aparecen personajes de Koth, Nemedia, Ofir; referencias a Vendhya y Estigia; la influencia de las civilizaciones precataclísmicas y el uso de los distintos lotos, marcando ya los elementos que aparecerán recurrentemente en la saga. Desde este "primer" relato de Howard se establece la sensación de que viajamos por un mundo rico en escenarios y completo en su desarrollo.

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